(Ondeyó-cafeto florecido)
A pedido de una multitud de seguidores franceses del blog, ofreceremos en las próximas semanas algunas entradas sobre el café Ondeyó (suena bien para una denominación de origen!). Por otro lado, es cierto que el tema nos ha faltado hasta ahora.
En la escuela primaria aprendimos la historia del pastorcito árabe que descubrió las cualidades de la planta, al notar que sus cabras estaban más vivaces después de consumir sus hojas. En Colombia, varias regiones se disputan ser la cuna de la caficultura nacional; una de ellas es Santander. Se dice que, por los años de la colonia española, en Bucaramanga y sus alrededores, un cura ordenaba a sus penitentes sembrar cafetos en reparación de sus pecados. Posiblemente el café de Santander es más notable por su calidad que por su aporte al total de la cosecha nacional.
Hay regiones cafeteras colombianas, donde los cultivos se hacen "a plena exposición" a la luz del sol. Esto ha significado destruir gran parte de la cubierta vegetal para ocupar todo el espacio disponible con la plantación, dentro del afán de sacar el máximo rendimiento en épocas de buen precio. Una característica de la caficultura de Santander y otras regiones es el cultivo con sombra, que permite conservar gran variedad de especies animales y vegetales, facilita el control biológico de plagas, excepto en casos especiales y hace que el cultivo sea una manera de reforestar tierras empobrecidas.
(Ondeyó-Cafetal en producción)
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